¡Vaya! Rojiblanco y no es del Atleti. ¡Ya está: pamplonica! ¡Si hasta lleva el periódico! Pero el encierro pasó hace unas horas... a unos cuantos cientos de kilómetros de aquí. No puedo evitar que algo no me cuadre.
Por todas partes existen casas regionales, sucursales patria chica de quienes viven lejos de su añorado lugar de nacimiento. Ignoro si en mi ciudad existe una casa de Navarra. Tal vez ese tío de blanco impoluto marcado de rojo haya salido de un lugar así. O quizás no.
Hay cosas que me inquietan. También en otros momentos del año. Cuando veo por estos lares a algunas mujeres ataviadas de rocieras acompañadas de hombres vestidos de corto, mi mente salta directamente hacia el sur. Pero yo sigo aquí, pisando la Meseta.
Y llevando el asunto mucho más lejos, las calabazas huecas de Halloween me desubican lo suficiente como para emborronar por momentos lo más valioso del día de Todos los Santos. No acabo de verme diciendo Trick or treat ante la lápida sobre la que acabo de dejar unas flores.
Vuelvo al presente y lo de hoy me hace pensar que a alguien vestido de sanferminero no le queda otro remedio que echarse a correr. La actitud necesariamente va con la ropa. Quizás estos días, si uno se propone salir por patas -da igual de lo que se quiera huir-, deba vestirse de blanco y ponerse fajín y pañoleta blancos. Muchos toros sin pinta de toro también cornean.
A veces hay que alejarse de ciertas cosas a todo meter.
2 comentarios:
"Muchos toros, sin pinta de toro, también cornean. A veces hay que alejarse de ciertas cosas a todo meter".
¡Cuánta razón!, Dani.
EVA
Es así, Eva. Hay que andarse con ojo, por si las moscas.
Muchos besos desde Madrid.
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