Ur Teatro. Míticos ya. Tuve la gran suerte de conocer su trabajo allá por el 98. Su Romeo y Julieta me dejó asombrado. Era una adaptación de la obra de Shakespeare, llevada a un tiempo en el que no habríamos reconocido ni el nuestro ni el de su autor. Ni siquiera habríamos sido capaces de situarlo en una época concreta.
Era sorprendente su dominio escénico: caja negra, cuatro paneles y elementos escenográficos, diseño de luces muy trabajado y fabulosa ambientación sonora. Pero lo realmente espectacular era el trabajo de los actores. Eso sí era teatro. Admirable su dominio de voz y cuerpo, combinando el texto con la expresión gestual entre acrobacias y otros efectos físicos.
Ahora Ur ha reestrenado su montaje de El sueño de una noche de verano. Hace una década me quedé con ganas de verlo y ahora lo han recuperado algo actualizado, poniendo al día algunos de sus aspectos. Helena Pimenta sigue al frente de este espectáculo, logrando de nuevo sacarnos de la realidad a lo largo de esa noche en la que los sueños no lo son.
Los espectadores quedamos hechizados también, embrujados, enredados en su juego imaginativo, divertidos con su espontaneidad, satisfechos por tantos aciertos, agradecidos por tanto esfuerzo y honestidad.
Difícil saber si el bueno de William habría aprobado en el siglo XVI esta versión. Fácil darles hoy un diez.
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