viernes, 23 de enero de 2009

Crónicas Oxonianas IV

6 de julio de 2000

Ya soy convicto y, teniendo en cuenta que mi delito es internacional, debo figurar en las listas de los mas buscados por la INTERPOL. Acabo de robarle el ordenata a una japonesa. Bueno, lo cierto es que yo lo tenia reservado y la amiguita no estaba al tanto, asi que, despues de pedirle amablemente que me cediese el puesto, hemos llegado a un acuerdo: yo ahora estoy "enredado" y la nipona, lo que es la vida, tendra que esperar a que otro de estos cacharros quede libre.

En el fondo soy buen chico y la falta queda aminorada por un acto de buena fe. Dare una explicacion: el domingo pasado pude haber desencadenado un efecto domino bastante curioso, pero todo quedo en la intencion. No tuve balls. En la noble ciudad de Oxford de vez en cuando se produce una oleada de robos de bicicletas. No suele durar mas de un par de dias y todo empieza cuando alguien decide "tomar prestada" una de las miles que hay por las calles. El sujeto que, amablemente, ha "cedido" la suya llega al lugar en cuestion y se encuentra con el gap. Ese es el punto clave del proceso. Dura unos segundos. Cuando el resultado es positivo, significa que la inercia le va a llevar a quedarse con la bici que tenga mas a mano. No hay vuelta de hoja. Las cosas se calman cuando uno a mi imagen y semejanza llega a la conclusion de que no merece la pena seguir con el jueguecito.


Lo mio solo fue la rueda delantera. Con ella debieron completar otra bici de la que solo quedaba esa misma rueda, atada a unos metros de la mia. En fin, que para devolver el aspecto habitual -y la utilidad- a esa especie de freak en el que mi maquina quedo, he tenido que gastarme unas cuantas pounds. Never mind.

Fucking bastards!!!!!!!!!

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