domingo, 18 de enero de 2009

Crónicas Oxonianas II

La moqueta. La moqueta es, sin duda, mi obsesion. Me pregunto que pasara el dia que, de vuelta a casa, haya dejado de pisar estos mullidos suelos. Seguro que echare de menos esta incertidumbre que en todo momento me plantea las siguientes preguntas: que especies animales y vegetales viven bajo mis pies?; que condiciones necesitan para reproducirse?; en ese caso sospecho que tales seres son silenciosos en tales menesteres o... ah, claro! por esporas!; me atrevere algun dia a echar un vistazo?; los de Marks & Spencer estaran mejor alimentados que los de WHSmith?

Habra que recurrir a las altas instancias. Es posible que "El Gran Hermano" tenga las respuestas. Si hay alguien que todavia no me ha hablado de semejante acontecimiento, por favor, que lo haga ahora o calle para siempre, a riesgo de quedar excluido del grupo de elegidos por la mirada del ojo que todo lo ve.
Mi gran hermana me tiene al corriente de lo que sucede en esa casa que esta convirtiendo mi pais en un nido de voyeurs (cada vez que paso por la puerta de una agencia de viajes hay un Big Brother que me incita a abrirla para reservar un billete hacia el paraiso de los curiosos). Resistiremos.

Y yo me pregunto que, quizas, el lugar mas digno de ser espiado por todas esas camaras es el 71, Spencer Crescent. Magnifico espacio para el estudio de sus gentes. No me refiero a un servidor, que ocupa la "box room" de la casa y trata de hacerse un hueco mas o menos idoneo para llevar una vida digna, sino a Nathan (lease Neizan) y personas anejas. Estoy deseando que se marchen una semanita a Gran Canaria (lo haran en unos dias) y se detenga el peregrinaje de lapas, remoras y demas vidas parasitas que se pasan todos los dias por "mi" casa. Desde que Neizan no tiene novia (acabaron realmente mal y ella, Claire, de un momento a otro se pasara a recuperar lo que es suyo: la aspiradora) la paz es huidiza, sobre todo cuando se trata de levantarse pronto para trabajar el dia siguiente.

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