Neizan (o esa suerte de electricista que trata de ganarse una reputacion como disc jockey -chundachunda del malo y a un volumen poco agradable cuando son las seis de la manana-) en el fondo es un buenazo del que todos se aprovechan. Ahora tenemos un acople llamado Davina (pronunciese Difina) que es como otro mas en la familia. Es la nueva chati del landlord. En un principio pense que seria algo de un par de dias. Despues pude comprobar que no les va del todo mal y que ella se esta "acomodando perfectamente". Difina lleva ya un mes con nosotros.
Los primeros dias solo me sonreia. Tras una semana de convivencia, incluso me empezaba a saludar. No ha pasado de ahi. Trate de comprender que se debia a la timidez frente a lo desconocido,o al choque de culturas. Tras comprobar que es silenciosa incluso para pedir permiso (se come MI mantequilla -dejando increibles socavones en el contenido de la tarrina- y se hace el te con MI leche!), he llegado a la conclusion de que las dos unicas culturas que chocan son la de uno que paga el alquiler y respeta a sus convecinos, y la de una que cualquier dia de estos se lleva un rapapolvo en castellano viejo.
La meteremos en el saco de los parasitos.
Hoy he aprendido, gracias a Mr. Moss (el big boss), que una de las canciones mas bellas y tristes del cancionero anglosajon lleva por titulo "Oh, Danny boy". Me ha cogido por banda mientras me comia un bocata de jamon (del gueno gueno, con G de guelcome) y me ha dicho que no es posible que alguien con ese nombre no conozca tan linda tonada. No he podido seguir el ritmo con mis mandibulas, aunque le he dado las gracias por el apunte cultural y le he dicho "I'll never forget it".
Desde luego, lo que sera inolvidable sera la vision diaria de mi nombre escrito de la misma forma en las tablas de turnos de las tiendas. Siempre que puedo, aprovecho para escribirlo como sigue...
...Dani.
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