martes, 9 de diciembre de 2008

¡Menuda contada!

El domingo fuimos a ver mi amiga Pilar Casas a la sala Plot Point de la calle Ercilla, en Madrid. Presentaba por primera vez Sexo, mentiras y otras historias, un conjunto de cuentos que, sin duda, va a seguir contando muchas veces más.

Fue una velada deliciosa, llena de pasajes hermosos, escritos con una magnífica intuición literaria, y contados con su espíritu lleno y esa voz que tanto me gustaba escuchar cuando trabajábamos en la radio.

Pilar ha logrado reunir una colección de personajes entrañables, habitantes de un mundo existente hoy entre la nostalgia de otros usos y una cotidianeidad que le pertenece sólo al que observa. Descubrimos entre ellos montones de almas anhelantes, mentiras contadas en pos de algo bueno y positivo, secretos que se descubren... y vuelven a cubrir, o también las gracias infinitas por alguna que otra plegaria atendida en su justo momento.

Nos encantó aplaudir las historias sobre pornógrafos de antaño y sus herederas vallisoletanas, o acerca de monjitas que acaban metidas en el mismo gremio, el del cine erótico. Enternecedor el relato sobre los deseos escritos en castellano que una modistilla franquea con destino a Alemania, recibiendo cartas de respuesta que destilan pasión en alemán. Los amores de un frutero y una cantante de ópera acaban siendo posibles, tangibles, a diferencia de otros flirteos imaginarios junto al estanque del Retiro. Incluso aprendemos que a la pérdida de respiración que sobreviene a un joven se asocia la de equilibrio en la doctora que le atiende.

Son ellas mujeres que suspiran por quereres y giros en sus vidas. Recuerdan algunas a la Emma Bovary emprendedora, la que acaba provocando los cambios que le darán la vida -y también la terrible muerte-. Ellos, hombres dispuestos a romper con las líneas marcadas e incitarlas a ellas a que les sigan en su camino.

Un gusto escuchar a Pilar, sabiendo que sus historias han nacido del cariño hacia las narraciones, creadas siempre para ser leídas, contadas y vistas. Qué bien cuenta. Un placer también el reencuentro con viejos amigos y conocidos, todos encantados igualmente.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué fácil es divertirse y qué barato!
Yo también pasé una buena tarde de lunes festivo con unos amigos. Nos hemos hecho mayores sin darnos cuenta. Disfrutamos de estar en casa, de nuestra casa. Esa charla amigable y siempre sincera.

¡Qué bueno es estar vivo y tener ilusiones!

Anónimo dijo...

Una noche deliciosa y una protagonista indiscutible. Nuestra Pili sigue conmoviéndonos con sus relatos, esos que construye desde la cotidianidad hasta llegar a lo más íntimo. Nos hizo vibrar con palabras cargadas de deseo y de intención; esas palabras que miran. Quererla es fácil, ser su amiga un honor.
Un placer reencontrarle, maestro.

Daniel Buitrago dijo...

Marival, ya sabes, siempre que quieras. Nosotros también lo pasamos muy bien charlando un rato y compartiendo un poco más de lo habitual.

¡Patri! ¡Qué alegría tenerte por aquí! Espero que sea más a menudo. Y también vernos más... que ya era hora.
Qué bonito lo de Pili. Me encantó que Silvia y tú os conociéseis, y espero que nos encontremos muchas más veces.

Besos a las dos.