jueves, 7 de julio de 2011

Una vaca del cielo

Las historias más inverosímiles tienen su espacio. No solo sobre un estante;  también dentro de una existencia gris mate. Un tipo huraño, solitario, metódico hasta la obsesión. Una guerra, tal vez fuente de su propia naturaleza. Una ferretería donde la supervivencia se acerca un poco a la vida. Por suerte, una afición:  a este hombre le gusta coleccionar recortes de periódicos que contienen noticias curiosas, absurdas en su mayoría. Busca y captura ironías, paradojas, desatinos.

Un chino, de China, se cuela en su peculiar orden, catapultado hasta Argentina por la caída de una vaca, nada menos que del cielo. Pero su tragedia no será solo esta. Además desconoce la lengua de su lugar de destino, carece de dinero y, para colmo, no encuentra a un pariente al que está buscando. Es un hombre solo que se cruza con otro hombre solo.

Sebastián Borensztein dirige esta comedia con tono y ritmo admirables, soltando a tiempo cada miga de información que trama y espectador van requiriendo. Se sirve de un surrealismo fresco que entrevera en el costumbrismo atemporal propio de las fábulas, potenciado por una cuidadísima dirección de arte y por la música de Lucio Godoy. Gracias a estos tintes podremos creer en las casualidades, por muy aleatorias que resulten ser.

Ricardo Darín, excelente dando piel a Roberto, es la clave del humor en esta película. Gruñón con buen fondo, verá alterado su equilibrio cotidiano y no podrá remediar tener que volcarse en la ayuda al desamparado. La reacción ante lo inesperado será para él forzosa. Y balsámica.

Estamos habituados a los finales de Hollywood. Es más, solemos desear que haya cierres por el estilo. Tal vez uno de ellos aparezca en Un cuento chino, tras haber seguido un hilo lleno de nudos de aislamiento y desesperanza.

Es esta una historia acerca de la rotura de las cadenas que nos atan al pasado. Es este un reencuentro con la vida para quienes se han desentendido de ella. Cuento o fábula, qué más da.

3 comentarios:

Gustavo D´Orazio dijo...

ADHIERO A TU COMENTARIO, DANIEL. ME AGRADA ESTO DE COMPARTIR RESEÑAS, PELIS, PESE A LA DISTANCIA. UN CUENTO CHINO NOS UNE EN EL HUMANO EJERCICIO DE PENSAR. SALUDOS.

Gustavo D´Orazio dijo...

Has pasado por el blog. Gracias. Espero que te encuentres bien. Sales de vacaciones?. Aquí, en la Universidad, tenemos "receso invernal"; luego se toman exámenes finales. Así que un poco de descanso y un poco de trabajo. Abrazo amigo.

Lola dijo...

Tenía ganas de ver esta película, entre otras cosas, por recomendación, precisamente, de Gustavo, y por fin la vimos el fin de semana pasado mi hijo y yo. Nada que añadir a tu excelente comentario, si acaso, y tal vez predispuesta por mis circunstancias, que sugiere lo importantes que son las relaciones con otras personas y la necesidad de haber vivido unos acontecimientos para, como por casualidad, llegar a vivir otros mejores.
Además mi hijo y yo nos divertimos juntos, que es muy importante teniendo en cuenta que no son muchas las películas en las que coincide nuestro interés.
Saludos.