domingo, 23 de mayo de 2010

Enrique V

Anoche vi en uno de los canales de la TDT madrileña parte de Enrique V, de Kenneth Branagh. La pillé empezada, muy empezada, pero llegué a los grandes hitos de la película, rondando su final. Son las secuencias de la batalla de Agincourt, así como la anterior y la posterior a la misma.

Inolvidable la arenga a las tropas por parte del rey, interpretado por el propio Branagh, derrochando pasión y humanidad. Magnífica la realización de la batalla, pobre para los estándares actuales del cine de acción, pero suficiente, expresiva y con un punto lírico visto raras veces. Y, tras el reconocimiento francés a la victoria de los ingleses, llega ese plano-secuencia durante el cual la cámara nos muestra la desolación en el campo de batalla. Es un plano musical que pasó a formar parte de la lista de los clásicos desde el día de su estreno.

Es precisamente la música un elemento del que es imposible prescindir a estas alturas de la película. Patrick Doyle hizo una partitura maravillosa, una de esas joyas de la composición para el cine. La secuencia en la que el rey Enrique pide a sus hombres valor durante la lucha en el día de San Crispín contiene buenísima música, con fragmentos inolvidables que irán repitiéndose a lo largo de la batalla. Parece, además, como si esto fuera sólo un aperitivo para lo que llegará a continuación, el Non Nobis, Domine, un himno para reconocer la presencia de Dios y su intervención en la victoria. El plano-secuencia que antes mencionaba le debe a Doyle y a este himno casi toda su intensidad.

Enrique V  fue la primera película de Branagh como director y de Doyle como compositor para el cine. Fue también el inicio de una serie de colaboraciones de ambos con Shakespeare como centro, todas ellas estupendas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

SHAKESPEARE IN LOVE
...PUES YO NO LO VÍ..
Un besito pasa buen día..

Cristina B.

Daniel Buitrago dijo...

Sí, "Shakespeare in love" es preciosa, aunque no sea de Branagh. Muchos besos.