viernes, 19 de septiembre de 2008

Infiel

Falto por estos lares por causa justificada. Tengo en mi poder documentos que aportar en caso de duda administrativa. Mi justificante, como el que nos firma el médico para presentar en el trabajo, es una escapada entre adriática y alpina. Aunque tengo coartada, siento que le he sido infiel a este blog durante unos días. Y es que todo compromiso exige fidelidad por parte de quien lo contrae. Esa es la regla.

Cuando se corta con la cotidianeidad por unos días, tendemos a fallarles a los compromisos. Y abandono el libro que estaba leyendo y lo sustituyo por guías y folletos turísticos. Me alejo de la actualidad de mi ciudad, de mi país. Dejo mis programas de radio y televisión -muy pocos a mi pesar- y flirteo con otros de otros lugares -no doy con ninguno bueno tampoco-. Cambio mis trenes diarios por otros -nocturnos en algún caso, pero esa es otra historia que reservo para otro post-. Sustituyo mi lado en el colchón por otro lado en otro colchón, o por uno para mí solo. Cambio mi gesto impertérrito ante algunas cosas que me rodean habitualmente por otro encantado ante otras igual de corrientes, pero situadas en otras coordenadas.

Mi lealtad a esta página ha sufrido el vacío de unos días alejado de internet y de todo lo demás. Sí, se me ha presentado la oportunidad de conectarme a ratos perdidos, pero he preferido evitarlo. Por breves, claro. Y porque serle infiel a mi propia infidelidad, tan deseada como era, no debía ser buen síntoma.

Ahora vuelvo a abrir este cuaderno, repaso brevemente mis notas, viejas ya, y caliento el grafito de este lápiz virtual. Le cuesta un poco deshacerse sobre el papel, dejarse a sí mismo formando este rastro de letras en lazo discontinuo. Pero vuelve a funcionar como antes. A su ritmo, no sé si bien o mal.

Y antes que nada, antes de lo siguiente, se presta a servirme como medio de disculpa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues bienvenido a la rutina deseada, la que gusta porque la otra..........
Me alegro que la infidelidad sea con el blog, no me asustes.

Val