Bailar en la oscuridad fue la estremecedora revelación de Björk en el terreno de la interpretación. La acompañaba Catherine Deneuve, pero ni siquiera su belleza lograba restar destellos a la estrella de la islandesa.
Lars von Trier quiso que las letras de las canciones de esta película fuesen de Sjón, un autor compatriota de Björk que ya destacaba dentro de la vanguardia de las letras nórdicas.
Calidez y calidad la de El zorro ártico, una breve joyita que me lleva a vivir una historia de cazadores cazados llena de la sensibilidad y la poesía que destilan su concisión y, podría decirse, necesaria parquedad.
Cuatro capítulos que acaban entrelazándose y revelando un misterio, empleando elementos mitológicos y del folclore de aquel país para acabar haciendo justicia y poner al malvado en su lugar. Es la Islandia de mediados del siglo XIX, en su aislamiento esencial; donde todo, lo bueno y también lo malo, provenía del mar.
1 comentario:
Ya tengo yo ganas de ir a Islandia. Tiene una literatura espléndida. Y sus habitantes son muy lectores.
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