Hace unos días, sesión doble de cine en casa. Cuando no se saben aprovechar las oportunidades que la cartelera brinda en pantalla grande, no queda más remedio que esperar a rescatarlo en deuvedé.
Por un lado, Juno y esa visión práctica y optimista de un embarazo no deseado con resultado feliz en dos direcciones. El mérito está en convertir este drama en una comedia pasándolo en todo momento por la acidez y la mala lengua de su protagonista, una adolescente que decide tener la criatura y darla en adopción.
El guión es el fuerte de la historia y sospecho que el personaje protagonista, encarnado por Ellen Page, podría haber sido la mismísima Diablo Cody, su autora. Quitémosle unos quince años y mantengamos sus valores sólidos y su personalidad que hace de los problemas una nimiedad. Así me imagino a la guionista, cuyo pasado salvaje está en la tinta de su pluma.
¡Ah!, y ese toque de cuento que se despega de lo cotidiano y le da empaque y valores literarios a la ficción. Esta película trae frescor a este verano que empieza a ponerse calentito. Al igual que Conversaciones con mi jardinero, una historia francesa hecha desde el cariño y el profundo conocimiento de la esencia de la amistad.
Dupinceau et Dujardin, o lo que es lo mismo: Del Pincel y Del Jardín, los dos hombres cuya relación nace y se enriquece a lo largo de la película. Un pintor que huye del gran París en busca del sosiego del campo en su pueblo natal y un ferroviario jubilado al que éste contrata para que le haga un huerto y se lo cuide.
Pinceladas largas que van dibujando los retratos de los dos. Daniel Auteuil y Jean-Pierre Darroussin dan carne a estas dos visiones del mundo que se encuentran y combinan, dándose alimento la una a la otra.
Hermosa historia de diálogos sencillos en la que admiro cómo se pinta y se cultiva la amistad entre dos hombres.
1 comentario:
Esa película, la francesa, no ha llegado ni llegará a los cines de Z. Buscaré el DVD. Besicos. A.
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