Es indignante encontrarse todos los días con personajillos que no son capaces de asumir ninguna responsabilidad y se sacuden todos los problemas dejándolos recaer sobre algún tercero. Y si además éste es mucho más débil y poco autorizado para rechistar, mejor que mejor.
La página web de la Federación Española de Fútbol ha publicado una información acerca de un partido en el que un determinado árbitro va a pitar "bajo la atenta mirada de Mourinho, quien se considera perjudicado por los arbitrajes de los últimos meses". Este artículo ya ha sido modificado y esas palabras retiradas de su texto. Aun así, el Real Madrid está indignado a raíz de dicha consideración que emite juicios de valor, aludiendo directamente a su entrenador, y lo considera una falta de respeto por la que exige responsabilidades.
Y he aquí que aparece un portavoz de la Federación y, sin dos dedos de frente, dice: "en la web hay becarios que escriben, pero en cuanto lo vimos inmediatamente lo quitamos". Y añade: "no es la opinión de la Federación, sino que lo escribió una becaria".
Vergonzoso. Lamentable. En esa página, al igual que en otras muchas que publican informaciones, debería haber un jefe de redacción o un editor que diera el visto bueno a lo que otros redactan antes de sacarlo al ciberespacio. Y si no es así porque el organigrama no da para tanto, siempre habrá alguien ocupando un puesto superior que estará en la obligación de asumir lo que surja. Pero aquí (como en otros muchos sitios) alguien se está quitando de encima lo que le toca, que no nos engañemos, va implícito en su sueldo. Vaya usté a saber, tal vez ese alguien ha autorizado dicho escrito y ahora, al ver que le empieza a llover encima, está dejando a otro alguien a la intemperie.
Y ahí están los becarios, aguantando el chaparrón. Siempre dando mucho más entusiasmo y dedicación de los que reciben. Engañados en muchos casos (hay de todo) con promesas de posibles contratos que nunca acaban llegando. Abocados a asumir mucha más responsabilidad de la que les corresponde, a cambio de nula formación y beneficios escasos. No olvidemos que muchos becarios no cobran un céntimo por todo el trabajo que llevan a cabo y que un simple papel con una firma estampada no da a ninguna empresa el derecho de explotar a nadie si previamente no quedan detalladas las tareas que deberá desempeñar. En fin, ya sabemos que las becas de prácticas son el eufemismo que oculta el triste "mano de obra barata, o peor, gratuita".
Por lo general los becarios acaban su período de prácticas con la sensación agridulce de haber hecho lo necesario para demostrar que son gente válida y preparada, pero también con la decepción y la frustración de saber que todo ese esfuerzo no ha servido para nada.
Y para colmo hay "valientes" que menosprecian el trabajo y las ganas de aprender de quien lo da todo a cambio de muy poco.
1 comentario:
Daniel: un gusto reencontrarte. Gracias por tu comentario. Tomo en cuenta el libro sobre Aguirre y adhiero al post sobre los becarios. Fuerzas y a seguir reflexionando en la web. Abrazo.
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