¡Shhh!
Sus compañeros del taller de neumáticos siguen a lo suyo. Para ellos no hay novedad. Pero el amor ha irrumpido y golpea con trompetas. Llega una explosión de locura.
Vueltas y vueltas de puerta giratoria y... ¡shhh!
Instantes de soledad otra vez, que no durará. Entonces sale a la calle y baila con un hombre de hojalata, sobre un coche, con los transeúntes. ¡Se ha enamorado!
¡Shhh! Recuerda el silencio con una tonada dulce, como una preciosa nana. Camina y se acurruca consigo misma. ¡Pero todo da igual: el amor ha tocado su timbre!
Cajas de música, bailes de musical de Broadway, sombrillas multicolores, coreografías de la felicidad completa.
El momento es otra vez fugaz: it's nice and quiet, ¡shhh!
Y vuelve una vez más. Entonces danza con una máquina expendedora de periódicos, y con las columnas de una fachada. La ciudad se paraliza con todo dispuesto para ella. Hasta que llega el gran final y, subida a una grúa, vuela hacia lo más alto.
¡Shhh!
Björk. It's oh so quiet
1 comentario:
Daniel, buena prosa, ritmo. Eres profesional. Un ensamble que concluye con esa cantante única, particular, motivándome, en este fío invierno, a danzar. Saludos y disfruta -aunque sea de manera virtual- de un buen churrasco argentino. Abrazo.
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