Acabo de ver una grabación de Salomé, la ópera de Richard Strauss basada en la obra de Oscar Wilde, en la producción de David McVicar bajo la dirección de Philippe Jordan para la Royal Opera House. A mi entender, magnética.
No conocía a Nadja Michael, la soprano alemana que da vida a esta mujer consumida por el deseo carnal que acaba totalmente enloquecida. Aquí te deja sin aliento. Posee una presencia tremenda, le sobra expresión dramática y aguanta el tipo en una pieza tan exigente. Recomiendo ver la Danza de los Siete Velos de este mismo montaje y, por supuesto, la parte final, de la que añado aquí los vídeos. Tiene una voz estupenda que se mantiene a tono frente a la fantástica labor de la orquesta. He leído que parece tener dificultades para llegar a las notas altas con limpieza y que acusa un vibrato que hace difícil su escucha. A mí no me lo parece. Es más, quizás eso añada una verosimilitud forzada en otros casos, con otras cantantes en este mismo papel.
No conocía a Nadja Michael, la soprano alemana que da vida a esta mujer consumida por el deseo carnal que acaba totalmente enloquecida. Aquí te deja sin aliento. Posee una presencia tremenda, le sobra expresión dramática y aguanta el tipo en una pieza tan exigente. Recomiendo ver la Danza de los Siete Velos de este mismo montaje y, por supuesto, la parte final, de la que añado aquí los vídeos. Tiene una voz estupenda que se mantiene a tono frente a la fantástica labor de la orquesta. He leído que parece tener dificultades para llegar a las notas altas con limpieza y que acusa un vibrato que hace difícil su escucha. A mí no me lo parece. Es más, quizás eso añada una verosimilitud forzada en otros casos, con otras cantantes en este mismo papel.
Al mismísimo Strauss, que dirigió personalmente su obra en diversos lugares del mundo, esta interpretación le habría parecido excepcional.
¿Qué más puede decirse?
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