Anoche vi en uno de los canales de la TDT madrileña parte de Enrique V, de Kenneth Branagh. La pillé empezada, muy empezada, pero llegué a los grandes hitos de la película, rondando su final. Son las secuencias de la batalla de Agincourt, así como la anterior y la posterior a la misma.
Inolvidable la arenga a las tropas por parte del rey, interpretado por el propio Branagh, derrochando pasión y humanidad. Magnífica la realización de la batalla, pobre para los estándares actuales del cine de acción, pero suficiente, expresiva y con un punto lírico visto raras veces. Y, tras el reconocimiento francés a la victoria de los ingleses, llega ese plano-secuencia durante el cual la cámara nos muestra la desolación en el campo de batalla. Es un plano musical que pasó a formar parte de la lista de los clásicos desde el día de su estreno.
Es precisamente la música un elemento del que es imposible prescindir a estas alturas de la película. Patrick Doyle hizo una partitura maravillosa, una de esas joyas de la composición para el cine. La secuencia en la que el rey Enrique pide a sus hombres valor durante la lucha en el día de San Crispín contiene buenísima música, con fragmentos inolvidables que irán repitiéndose a lo largo de la batalla. Parece, además, como si esto fuera sólo un aperitivo para lo que llegará a continuación, el Non Nobis, Domine, un himno para reconocer la presencia de Dios y su intervención en la victoria. El plano-secuencia que antes mencionaba le debe a Doyle y a este himno casi toda su intensidad.
Enrique V fue la primera película de Branagh como director y de Doyle como compositor para el cine. Fue también el inicio de una serie de colaboraciones de ambos con Shakespeare como centro, todas ellas estupendas.
2 comentarios:
SHAKESPEARE IN LOVE
...PUES YO NO LO VÍ..
Un besito pasa buen día..
Cristina B.
Sí, "Shakespeare in love" es preciosa, aunque no sea de Branagh. Muchos besos.
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