miércoles, 31 de agosto de 2011

Remozarse, sí

Hemos pasado por chapa y pintura. No es que este vehículo se haya dado un piñazo con su piloto al volante, todo acelerado, y haya necesitado entrar en bancada, o al taller, a reparar sus daños el uno y a lamerse las heridas el otro. No, no ha sido para tanto.

Solo ha sido un rato de 'cacharreo' entre menús y gadgets y, por lo que parece, un dedo irreprimible haciendo clics por aquí y por allá, cambiando colores, añadiendo molduras, guardabarros, llantas de aluminio, luces de xenon...

El tuning tiene su aquel y, como dicen sus adictos, mejor no empezar.

jueves, 25 de agosto de 2011

Dos lunas

La fijación ancestral de algunos por Marte sigue viva. Aparte de lo muy manido, como llamar a los extraterrestres marcianos, o la clásica amenaza de darle una patada a cualquiera y mandarlo a ese planeta, hay otras miradas puestas sobre el planeta rojo.

Una manía cada verano consiste en propagar cierta leyenda urbana, o marciana, o selenita, o todo a la vez. A finales de agosto, unos cuantos se empeñan en vivir como en una película de ciencia ficción la aproximación de Marte a la Tierra. Y, según dicen, este año, como los anteriores, el día 27 podremos ver Marte tan grande como la Luna. ¡Sí, será como si hubiera dos lunas! Tan sencillo como alzar la mirada al cielo y ver dos lunas, o similar.

Por el bien de nuestro tiempo y la salud de nuestras cervicales será mejor no hacer mucho caso, pues Marte será, como siempre, un pequeño punto de luz. Y, como siempre, será menos visible que Venus. De todas maneras, no estaría nada mal creérselo:  puestos a fliparlo, y sin tener que echar mano de Photoshop, sería una pasada tener dos satélites pendiendo de un hilo. Noches de lunas llenas, de Marte lleno, dos focos industriales sobre nuestras cabezas. Y menudos efectos colaterales:  pelo y uñas creciendo descontrolados, mareas espectaculares, lentes de telescopios tocando literalmente cráteres y mares, la Luna con su órbita alterada por la atracción de Marte... ¡Vaya pasada! ¡Juntémoslos con Júpiter y tengamos tres lunas!

Ahora que varios países se disputan las prospecciones en el planeta rojo, digo yo que podrían aprovechar para enviar sus taladros en simples aviones, de los que usamos todos, y sin facturar, como equipaje de mano. Se ahorrarían así todas las pruebas de perforación en la Antártida y podrían comenzar ya sus explotaciones mineras, trayendo el mineral a la Tierra con cintas transportadoras. Así de sencillo.

En fin:  suerte para todos esa noche, y que a nadie le pille un nublado.

sábado, 20 de agosto de 2011

La cabezada del Papa

Lo aclaman cientos de miles. La calle es crisol de culturas, paleta de colores entremezclados. ¡Oh, alegría, júbilo incontenible! Los mira sobrecogido. No termina de acostumbrarse a tanto revuelo. En el fondo, no quiere nada de todo eso y reniega del boato y de los excesos.

El dóberman de Dios ladra cuando contempla las hambrunas africanas. Se revuelve de rabia. No soporta tanto dolor, así que vende lo que posee para comprar pan. Hace bocadillos con sus propias manos, ajadas por el duro trabajo. Y pone dentro su corazón. Sigue mirando a su alrededor. ¿Para qué tantos guardaespaldas?, se pregunta. ¡No, no es necesario! ¡Marcháos, nadie atentará contra este humilde siervo de Dios!

Vuelve a pensar en los pobres africanos. Me temo que no es solo comida, pues cuando el hambre deje de matar, el SIDA seguirá haciendo esa tarea... Desde luego, los condones les vendrían bien. Eso es:  protección ante todo y autonomía para resolver si quieren tener hijos. Hay situaciones reversibles, claro, y las decisiones que son fruto de la reflexión suelen ser las acertadas. Pensar, estudiar... la formación será sin duda su herramienta más valiosa. Una buena educación criará hombres tolerantes y mujeres dueñas de sí mismas, de sus cuerpos, que decidirán al margen de otras voluntades.

El papamóvil sigue su marcha. Le gustaría bajarse. Hombres... mujeres... ellos con ellas... ellas con ellas... ellos con ellos... Son libres, afirma, dioses de sí mismos. Casados o no, unidos ante la Iglesia o no, su carne es suya, su sexo es suyo, no ven la culpa donde no la hay.

Le llevan de vuelta a Nunciatura, un lugar mucho más lujoso de lo que le habría gustado para pasar estas noches. Se despierta un momento. Necesitaba esta cabezadita, se dice, y piensa en el rato que ha pasado durmiendo. Una sensación extraña va invadiéndole... y nuevamente el sueño. Entonces su mente vuelve a llenarse de escenas. En una de ellas, tras salir por una ventana con sigilo, burla a la guardia , salta los muros del jardín y se escapa durante la noche para emprender la huida.

jueves, 18 de agosto de 2011

Hay que renovarse...

Paso la mañana en uno de esos centros comerciales en los que un amplio pasillo articula el cielo de los adictos a las compras. Ropa, zapatos, juguetes, lencería, perfumes, libros, muebles, coches... Este verano he ignorado la necesidad de renovar parte del contenido de mis cajones hasta que alguien me ha amenazado con tirar a la basura unas pocas de esas prendas a las que uno sigue dando el valor que, desgraciadamente, han perdido ya. En fin, no me ha quedado más remedio.

Primer acierto:  el aire acondicionado. El paraíso es un lugar donde nadie pasa calor. Camino por el bulevar. Tiendas a derecha e izquierda. A veces he encontrado en ellas lo que quería, así que hoy tiento a la suerte, a ver si la cosa se repite. Busco algunos de los precios que la campaña de rebajas ha pregonado desde hace mes y medio. Llego un poco tarde:  los carteles de "Nueva Temporada" llenan ya casi todas las baldas, acompañados de etiquetas con cifras también algo llenas. Pero no hay vuelta atrás. He decidido que, dada mi pereza crónica cuando se trata de salir a comprar ropa, hoy sea el día en el que me pertrecho con lo que, de tratarse de otro día, nunca compraría. Poco a poco voy cogiendo inercia. La cosa empieza a darse bien. Miro, escojo y decido rápido.


Tras varias adquisiciones en sitios distintos, advierto que los dependientes comienzan a prestarme algo de atención. Cuando entro me saludan y, sin haberles pedido nada aún, se muestran solícitos, amables, dispuestos a ayudar. Comprendo que su misión es vender y que una bolsa colgando de cada mano es, quizás, el presagio de una cartera rebosante, dispuesta a vaciarse sin remilgos  -en fin, solo yo conozco el contenido de mi bolsillo-.  A medida que se confirma el "efecto bolsas", voy comprendiendo más y mejor a Julia Roberts en Pretty Woman. Apenas algunas diferencias tontas:  esto no es Rodeo Drive, no me acompañan ni Richard Gere ni su Visa, nadie se ha lanzado a hacerme la pelota bajo petición del susodicho, y la música no es de Roy Orbison, sino una especie de tecno actual o similar.

Vuelvo a casa con el alivio de haber cumplido una misión tediosa sin haber sufrido. Dejo las bolsas en el salón, junto al sofá. Pienso en mis prendas gastadas, las que están a punto de pasar a mejor vida. Alguien ha fichado ya unas pocas candidatas. Desfilan en mi mente las imágenes de los felices momentos vividos con ellas. No merecen acabar mal. Ya veremos qué se me ocurre,... se nos ocurre.

miércoles, 10 de agosto de 2011

El gran Sampedro

Canal + ha emitido una entrevista de Iñaki Gabilondo a José Luis Sampedro. Son apenas 40 minutos de charla con alguien a quien se podría escuchar durante horas, un anciano de 94 años, rebelde, que vive amorosamente, queriendo y siendo querido.

Este economista y escritor, ahora muy presente gracias a su prólogo español para el libro ¡Indignaos! de Stéphane Hessel, sigue empeñado en agitarnos la conciencia y despertarla. Preguntado por esta crisis, la califica como barbarie, "pues barbarie es la destrucción de los valores básicos del ser humano". Del mundo actual, donde todo es mercancía y solo queda el valor del dinero, no le gusta casi nada. En él hay seres humanos, pero no hay humanidad. Por eso se queda con la naturaleza, que sigue su curso a pesar de todo lo demás. Le gusta apearse de este mundo que llaman sostenible, ver pasar el río desde la orilla, alimentado de viejos saberes y afectos. Prefiere situarse en la frontera, el mejor lugar para observar, conservar su verdad y gozar de la verdad ajena.

De la profesión de enseñante de Estructura Económica en la universidad se queda con el cariño de sus alumnos, a los que siempre ha provocado a pensar por sí mismos. Echa de menos los baños de frescura que le era posible darse, sobre todo en las universidades extranjeras  -Estados Unidos, Inglaterra-,  donde estaba permitido reunirse con pequeños grupos de estudiantes. Ahora no deja de animar a los jóvenes a ser críticos, aunque la universidad de Bolonia que están creando para todos quiera adoctrinarles para pensar en la misma dirección. Mientras las cosas vayan mal cree que deberemos capear el temporal y, mientras, educarnos para tratar de saber lo que no queremos y decir 'no' cada vez que algo no nos guste. Esa es la única forma de vivir de acuerdo con nosotros mismos, haciéndonos sobre la marcha.

Reconoce que lo único que en este mundo sigue hacia adelante es la ciencia. De hecho, vamos hacia una nueva versión de aquel despotismo ilustrado del siglo XVIII:  el despotismo tecnificado, que es básicamente lo mismo, todo para el pueblo pero sin el pueblo, aunque dentro de una sociedad de consumidores al servicio de lo que se produce. Como economista que nunca ha creído en esta estructura económica, está en contra de la privatización y a favor del poder público.

Gabilondo le pregunta sobre Octubre, octubre, su novela más compleja. Con ella Sampedro quiere decirnos que solo nos salva el amor, como ansia de vivir. Da por sentado que uno es vida, germen de vida, y que hay que vivir esta vida  -la única de la que sabemos algo-  en libertad.

viernes, 5 de agosto de 2011

Limpieza de indignados

Ya tenía ganas de postear algo sobre los INDIGNADOS. También me aplico el adjetivo, aunque no milite a favor de la causa tan combativamente como los que salen a la calle a diario. Me sumo a ellos no solo en la inflamación, en la impaciencia y en la protesta festiva, sino también en la denuncia de las prácticas del sistema financiero, el saqueo consentido por nuestros gobiernos y su mirada culpable hacia otro lado, el recorte imparable de derechos sociales y logros de los trabajadores, la legitimación del poder del capital... hay tanto que denunciar...


Desde el momento en que el Movimiento 15-M toma posiciones en la calle, su 'acantonamiento' es declarado ilegal por el gobierno. Nadie se atreve entonces a levantar la acampada, por miedo a perder los réditos electorales que la tibieza frente a los 'revoltosos' puede reportar. Todo son medias tintas y adopción interesada de lo que puede añadir bondad a la careta astuta del dirigente.

Estos días parece que a los políticos elegidos en nuestra supuesta democracia les ha dado por la limpieza. Aprovechando el agosto vacacional y la tradicional despoblación de Madrid, algunos quieren despejar ciertos espacios de la ciudad, aún más si cabe. Y como si acabara de pasar la cabalgata de Reyes, ¡a limpiar se ha dicho! Hasta han arramblado con el puesto de información que los acampados habían pactado con ellos dejar en la plaza a cambio de retirar el asentamiento. Evidentemente, tienen sus motivos para ponerse a barrer.

Salvando las distancias, que son grandes, podríamos comparar el desalojo de Sol y alrededores con el de la película más vista de la historia de Brasil, Tropa de élite. En ella se recrea una actuación llevada a cabo en Río de Janeiro por el Batallón de Operaciones Policiales Especiales en 1997. Meses antes de la visita del Papa Juan Pablo II, este grupo fue enviado a la favela junto a la que éste iba a hospedarse con el fin de sanear el área y hacer desaparecer a traficantes y delincuentes. Hubo en la brutal intervención muchos muertos y detenidos. Todo para que el Papa pudiera dormir tranquilo.

Casualmente, dentro de dos semanas tendremos al papa Benedicto XVI en Madrid. Nuestra policía tiene orden de eliminar los 'elementos de distorsión', para que nada le pueda 'chirriar' al Sumo Pontífice y la imagen dada durante su visita sea todo lo 'entregada' que se pretende. Por suerte, los métodos de limpieza aquí no tienen nada que ver con los empleados por el BOPE brasileño, pero es sorprendente que un estado aconfesional como España acoja la visita de un jefe religioso con tan extremada pompa y escrúpulo  -y desembolso económico, impensable de haberse tratado de otro asunto-.

Menos mal que hoy, en respuesta a la 'operación depuradora', un supuestamente vacío Madrid vuelve a ser un hervidero de gente y de ideas, sin tantos miramientos a la hora de expresarse, de reclamar lo que le pertenece, de hacer suya la calle otra vez. ¡Ah!, por supuesto que también en esta película, a pesar del ruido, el obispo de Roma podrá conciliar el sueño.