Salgo sin reloj
con rumbo inconcreto.
Qué bueno
olvidar la hebilla,
y el bocado en la correa.
Puedo desandarme,
desentenderme,
descolgarme,
perderme.
Paseo junto al río
y la caricia de su corriente,
agua en fuga ruidosa
con saltos de escamas.
La esquina del rato de sol
es hoy cualquiera.
Cara al astro y a su calor
callo, cierro los ojos.
Mi no tiempo
no se escapa,
suficiente
para invertirlo en nada.
Seguiré caminando
por no olvidar
que avanzo
para mover las fechas.
¿Cuáles?
Pasos sin remite,
sin marca ni huella;
no recordaré el camino.
Para qué.
2 comentarios:
Daniel, me ha gustado y mucho tu poema. Este sin tiempo que es vida, también. Fluye el gesto, la idea, la palabra que une y reúne -con libertad- líneas de un texto que acompaña hasta el final. Felicitaciones. Por otro lado, recién se estrena en Baires "El Concierto", que yo vi, hace unos meses, gracias a tu recomendación. Me agradó. Fuerte abrazo amigo.
Pero el tiempo pasa sin darnos cuenta..con o sin reloj.
No te olvido.
Un beso.
Cristina B.
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