viernes, 9 de julio de 2010

En el nido

Este año las palomas han vuelto a criar en mi jardinera. La vida se ha reproducido en el mismo lugar y casi a la misma hora.

El año pasado nos sorprendieron dos masas negruzcas y palpitantes de cuya existencia latente no habíamos tenido noticias, hasta que su salida del cascarón las hizo patentes. Este año, sin embargo, hemos podido ver los huevos y a su ponedora incubándolos. Las criaturas han tenido, creo, más mérito que sus antecesoras pues el último mes ha sido muy cambiante; las pobres han tenido que aguantar toda clase de inclemencias. Digo yo que de haberlo sabido se habrían quedado dentro del huevo tan ricamente.

Esta semana, asomándome a curiosear, tratando de saber si todavía seguían ahí o, ley de vida, ya habían echado a volar, asisto a una inquietante escena. Después de oír píos agónicos compruebo que uno de los pichones ya no está donde solía encontrarse. ¿Qué habrá pasado? Sospecho entonces de un ejemplar adulto que anda bastante cerca del nido. Éste alza el vuelo en cuanto me ve. Me aparto y regreso a mis cosas. Al rato oigo piar de nuevo. Vuelvo a asomarme y esta vez sorprendo al adulto del que desconfiaba picando con saña a la única cría que queda. Me ataca la urgencia de tener que hacer algo. Sacudo la barandilla de la terraza, golpeo los hierros, pateo incluso. Consigo así echar al agresor, que deja al infante acurrucado en el rincón donde lo tenía acosado. Lo observo un momento. Respira. Pienso en su desgraciado hermano e imagino su triste destino en caída libre. Unos treinta metros más abajo no alcanzo a ver nada que se le pueda parecer.

A la mañana siguiente visito al pequeño superviviente. Ahí está, solo, lánguido.

Llega la tarde y, cuando acudo a verle, lo encuentro acompañado. ¡Su hermano! ¡Está vivo! Me alegro por el reaparecido, que me mira sin inmutarse, como si nada fuera con él. Me paro a pensar si el ataque del adulto fue o no lo que supuse. Tal vez el supuesto progenitor sólo pretendía forzarlo a volar como en un rito de iniciación, lanzarlo por la fuerza para hacerle probar el aire.

4 comentarios:

Gustavo D´Orazio dijo...

DANIEL: OBSERVACION Y TERNURA. UN POST CALIDAMENTE CONCEBIDO. A VOLAR...!. SALUDOS DESDE BAIRES.

Daniel Buitrago dijo...

Gracias, Gustavo. Ya han volado. El año que viene, por estas fechas, seguro que atacaré de nuevo con otro parecido.
Un abrazo.

Gustavo D´Orazio dijo...

DANIEL, FINALMENTE, LA ROJA SE IMPUSO. UDS. EN VERANO; NOSOTROS, EN INVIERNO... VALORO TUS COMENTARIOS Y PUNTOS DE VISTA. SALUDOS CORDIALES.

Daniel Buitrago dijo...

¡La roja, sí! Creo que muy merecido. Incluso los no futboleros hemos acabado implicados y apoyando en este verano más que cálido.